Recien este verano arrivaron dos películas con las que muchos se dieron el gusto de bromear que habíamos regresado al pasado. Jurassic World y Mad Max: Fury Road han desencadenado opiniones diversas y las lagrimas que nos recordaron lo viejos que somos algunos.
Jurassic World; Colin Trevorrow, director; Rick Jaffa y Amanda Silver, guonistas.
Jaffa y Silver son un matrimonio que (al menos lo que muestra IMDb) trabajaron por última vez con los estudios en el guión de The relic (1997), me morí de miedo con esa película de niño, y no volvieron a poner la pluma hasta Rise of the planet of the apes (2011) y Dawn of the planet of the apes (2014), muy buenas historias, con algunos detalles a cuestiones de primatología y anatomía1 que se les perdona por no ser especialistas.
Michael Crichton es el autor de la novela original, quién en sus días alcanzó cierta popularidad antes de publicar la novela, a tal grado que los derechos para adaptar esta historia estaban vendidos antes de publicarse, el chico listo de esta subasta, por supuesto todos lo sabesmo ya muy bien, fue Spielgberg. Si les interesa saber las diferencias entre la novela y la película, por supuesto que deberían leerla, ya que si solo quieren echar un vistaso pasense a wikipedia. El autor nos ha dado otras geniales historias de la ciencia ficción como Congo (1980, adaptada en el 1995), The Sphere (1987, 1998), Timline (1999, 2003) grandiosas historias sobre investigadores de campo, si con la primera y segunda novela nos habíamos alejado mucho de sus palabras, en esta actual entrega ya no queda nada suyo.
En las anteriores entregas los dinosaurios no son un enemigo, representan una fuerza natural que el ser humano cree que puede controlar, la historia de Jurassic park nos recuerda que el control sólo es una ilusión, enfatiza la vulnerabilidad de la especie humana. El discurso no cambia, de inicio, pero al mismo tiempo el dinosaurio es realmente el villano (o sea cómo?); tal vez la respuesta a la incongruencia discursiva se encuentre en los trabajos de los guionistas con el planeta de los simios, en esas dos entregas se plantean dos ideas: a) la ilusión del control: los científicos experimentan con simios y los simios viven pacificamente lejos de los humanos, ambos creen que tienen el control hasta que descumbren en la otra especie, dotada de algo especial, irrumpen en su mundo alterando las normas sociales y la cotidianidad; b) la nueva especie busca retomar el control: los simios escapan de la ciudad para encontrar su propio hogar mientras que (en la segunda parte) los humanos tratan recuperar la valiosa electricidad para seguir validadndo su superioridad frente a la naturaleza (tanto simios como humanos). Más o menos lo mismo fue la intensión en Jurassic world, pero con dinosaurios.
Los protagonistas aterrados ante la codicia mercadotécnica de los productores |
De Trevorrow, el director, no tengo nada que comentar ya que no he visto más películas suyas. Hasta donde sé (y no soy especialista ni nada) el trabajo del director es coordinar las labores que en conjunto producen una película, para él podría decir: bonitos efectos, bonita música, bonita experiencia, la proxima vez también toma en cuenta algunas novedades de la paleontología y las leyes de la física. De hehco esquiva la cuestión de las plumas de una manera elegante: los diseñan genéticamente, es más popular la versión sin plumas para el parque y los mantienen así. Lo único que no se le perdona es que a sabiendas de los descubrimientos sencillamente los echó de lado. Neta, lo publicó en twitter.
Plus: La chica va por el tiranosaurio para conducirlo hasta... ¿Neta? ¿en tacones? ¿neta?
Fury Road; George Miller, Brendan McCarthy y Nick Lathouris, guionistas.
Los créditos de la película de Miller son algo curiosos, Brendan McCarthy reslta haber trabajado en el depeartamenteo de arte en películas que no me dejaron descontento (durante mi infancia) como Teen Mutant Ninjas Turtles (1990) (sí, la de las botargas!), Coneheads (1993), Lost in space (1998), aunque distantes en la memoria, historias que tenían una gran orquestación visual y diseños. Luego, Nick Lathouris, extra en la primera película de Mad Max y algunas otras películas que me dejan bastante claro que su fuerte es el trabajo con dobles, cosa que notoriamente tuvo mucho peso en la realización de todo salto maroma y teatro durante las persecuciones.
Finalmente George Miller me sorprende, bien sabido me tenía que era el responsable de la ya bien añejada y estimada trilogía de Mad Max (1979, 1981, 1985), pero además encuentro en su página de IMDb algunos títulos que nunca habría pensado suyos: Babe (1995) (sí, el puerquito valiente) y su secuela Babe: pig in the city (1998) así como las dos películas de Happy Feet (2006, 2011).
Antes de revisar su filmografí ya había considerado que este regreso de Mad Max traía consigo la experiencia de los años. Esta ocasión de trata de un Max sumergido en todo un sistema social post-apocalíptico, en toda una dinámica de personajes actuantes con ideologías y metas (siempre dejandonos cerca su falsablidad) que se confrontan dando lugar a los eventos que vemos en la pantalla.
Una escena que no está muy lejos de haber sido pintada por un artista renacenstita. |
Algo que no gustó a muchos de los espectadores es que parece haberse borrado al viejo Max, a nivel de interpretación y argumental, sin embargo, la tarde que fui a verla me encontré más tarde con un artículo que replantea el argumento no como un reboot, no como un regreso a las historias del Road Warrior sino como un legado. Al final del día no sólo es un desgloce de efectos especiales, actuaciones y una trama bien lograda, Mad Max: Fury Road cumple con el proposito del cine: Transportarte.
Plus: Junkie XL se encargó del soundtrack, cosa que ya había comentado hace algunos ayeres.
Las dos historias volvieron para demostrarnos que no habían terminado con nostros todavía, podrán ser del siglo pasado pero independientemente de los intereses econnomicos o narrativos, vinieron a replantearnos cuanto hemos crecido desde entonces, así mismo ellas se miden contra nosotros y nos aseguran que tabién han madurado pero, una de ellas maduró y la otra... lo pudo haber logrado.
Carita feliz para Miller, nada más.
1 El chimpacé es la especia más cercana al humano, con todo la anatomía vocalica (forma de su lengua, paladar y dientes) no les da lacapacidad de pronunciar la /i/, y en general articular una gran parte de los sonidos del lenguaje humano.
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