Superbad (2007) es una de mis películas favoritas. Cuando inició la película junto con esta música no tenía idea de que sería una historia tan profunda sobre la adolescencia, esta es una historia sobre madurez y juventud, los policías lo saben y los protagonistas lo descubren. Pensé que sería una historia ridícula con bromas sexuales como hay miles, pero resultó una trama sobre cambios, sexualidad (cosa distinta) y los temores de la edad. Veanla si tienen ocasión y rememoren, o sean advertidos, según sea el caso.
sábado, 29 de agosto de 2015
Too hot to stop - The Bar Kays
Superbad (2007) es una de mis películas favoritas. Cuando inició la película junto con esta música no tenía idea de que sería una historia tan profunda sobre la adolescencia, esta es una historia sobre madurez y juventud, los policías lo saben y los protagonistas lo descubren. Pensé que sería una historia ridícula con bromas sexuales como hay miles, pero resultó una trama sobre cambios, sexualidad (cosa distinta) y los temores de la edad. Veanla si tienen ocasión y rememoren, o sean advertidos, según sea el caso.
miércoles, 19 de agosto de 2015
Interminable Rencilla
Desde el mes pasado y hasta éste se orquestaron dos artistas clásicos al abrigo de los muros del Palacio de Bellas Artes, Miguel Ángel Buonarroti y Leonardo daVinci, en una exposición continua que ha invocado cantidades interminables de personas en el museo, sin embargo la exposición deja mucho que desear. Filas matinales de tres (o más) horas para adquirir citas vespertinas y poder entrar a ver un puñado de bocetos y replicas de su trabajo.
¿Si iban a trae sólo bocetos, por qué no se trajeron (aunque fuera replica) de la Santa Ana, también llamado el Cartón de Burlington House, o algunos modelos sobre su producción en los años en que coincidió en Florencia junto a Buonarroti?
Si bien la exposición y coordinación tienen puntos favorables que mencionar, a pesar de la arrolladora cantidad de asistentes, estuvieron regulando la cantidad de personas que entra a la exposición cada 30min, por lo que una vez dentro sea posible moverse dentro de la exposición, aunque en la práctica no es precisamente de esta manera. En mi caso la parte dedicada a Miguel Ángel era casi imposible de cruzar mientras Leonardo era prácticamente para curiosos, aparte de las réplicas sólo había algunos bocetos sobre cuerpos y otras obras relacionadas en tendencia estilo o alusión, no es desdeñable conocer uno de los retratos de Miguel Ángel pero la maqueta del Palacio de Minería no me cuadra entre la exposición.
La nueva tendencia de Bellas Artes es acompañar sus exposiciones de playlists disponibles en Spotify, si bien esto permite enriquecer las exposiciones orales que acompañan las obras, no resultan precisamente ad hoc, mucha de la selección musical nada tiene que ver con los artistas sino con enlazar algo moderno con alguna animosidad y ritmo elegido para los espectadores. Esta playlist (echen una oída), resulta tener más información y remite a más elementos del trabajo de Leonardo y Miguel Ángel que no se vieron en la exposición, algunos tópicos sobre su trabajo, los caballos, el vuelo, las proporciones, el rostro humano, etc. Irónicamente a este desglose de nuevas tecnologías, procuraban que guardáramos el celular durante el recorrido y un par de guias se ocupaban de dar una explicación en torno a las replicas de La Piedad y el Cristo Giustiniani de Miguel Ángel.
Ya se ha venido cuestionando esta nueva ola de asisitentes entusiastas que deboran las entradas de los museos y los convierten en los sitios más ruidosos durante el día, en exposiciones populares; la mayoría de las veces los asistentes no conocen la obra de los artistas siguen una tendencia mediatica y una promesa estética, el recorrido y la experiencia del arte también ha sido opacada por las tecnologías "¿Qué es más importante? ¿Experimentar el arte con tus propios ojos o presumir que estuviste ahí?" es el cuestionamiento que nos plantea Chilango respecto a la espontánea popularidad de Yayoi Kusama y su exposición (entre septiembre de 2014 a Enero 2015), para lo cual hicieron un experimento que nos dejó bastante en claro que nuestras intenciones no son buenas cuando de contemplar el arte se trata. ¿En qué se está convirtiendo la experiencia artística, en nuestro tiempo?
La batalla de Anghiari (copia de Peter Paul Rubens) |
Rencilla Segunda: Leonardo vs Miguel Ángel
¿Por qué no contarnos sobre la constante rencilla entre estos renacentistas? Miguel Ángel era más joven y lo usaba contra Leonardo, habría mucho terreno en donde reconocernos de hablarnos sobre todos los episodios en que se confrontaron. Desde la exposición de Octavio Paz y el arte, comencé a preguntarme ¿a quién va dirigida la exposición que se vende a todo el público con la promesa implícita hacernos 'cultos'?; ya de por sí la palabra cultura deriva una serie de debates que hoy sigue redefiniendose, por lo pronto no es necesario concretarla. Una exposición como la de Octavio Paz no estaba dirigida a una audiencia no versada en el arte, como tampoco son ensayos de Paz sobre el arte lo son, tal homenaje resulta una curiosidad olvidable para los mortales y aún así las salas se llenan, de personas que no leen, ni estudian, ni están familiarizados con los contenidos. Y muy probablemente por esta razón la experiencia artística se modifica, atestiguar que se estuvo presente es más relevante que experimentar la exposición.
Personalmente mi experiencia con el arte en todas sus formas ha sido conducida por el chisme. Tal cual. Si conozco a un autor, o si me es relevante es porque sé, recuerdo o me he enterado de algo que contar sobre esa persona que puedo reconocer en mi propia vida, es mi mejor recurso mnemotécnico y la forma más sincera de acercarse a cualquier conocimiento. En el caso de Leonardo y Miguel Ángel hay recursos de sobra para motivar los cotilleos de los asistentes, colocar dos nombres renacentistas, o mejor dicho, los nombres renacentistas bajo el mismo techo permite muchas más posibilidades que presumir fragmentos de bocetos como si fueran fragmentos sagrados fueran, en dos habitaciones y rellenar con esculturas y pasillos largos (antes de entrar a la sala dedicada a Leonardo, un largo pasillo en penumbra elevaba la espectativa hasta el infinito, pero es un fiasco).
Por qué no mejor contarnos sobre la disputa por el bloque de mármol que finalmente asignaron a Miguel Ángel, y la subsecuente sesión en el Palazzo Vecchio para designar un lugar a la obra final, de cómo pensando en la magnanimidad de la obra contra la delicadeza de su material se debatía si colocarla a resguardo o en la intemperie. Dicha obra es hoy conocida como El David.
O qué tal sobre la competencia orquestada para hacerlos pintar dos muros de la sala del consejo (hoy el Salón de los Quinientos), en el mismo Palacio Vecchio daVinci pintaría la batalla de Anghiari y Buonarroti la batalla de Cascina. Dicho mural de daVinci representa una de las mayores catástrofes de su vida, tras pintar el fresco de La ultima cena, la cual fue eterna y ya comenzaba a descartarse recién la terminó, probó pintar al óleo y secar en con un calor violento para acelerar el proceso.
Fueron durante estos tiempos en que estuvo al servicio de Cesar Borgia, formulando bocetos en torno al militarismo, armas, maquinaria y fortalezas bélicas, los estudios sobre el vuelo, las alas de las aves y la aerodinámica.
Existe una miniserie dramática y documental dedicada a la vida de Leonardo daVinci, de 1971 dirigida por Renato Castellani, que ilustra mucho mejor ésta relación entre Leonardo y Miguel Ángel, cosas que habrían sido mucho más interesantes y permitirían reconocernos en los artistas, para poder reconocernos en en las obras de arte. Porque intentar identificarnos con ideas sin rostro es como aprendernos las capitales y estados, todos lo hicimos en nuestra infancia, pero sólo recordamos los que nos importan en la actualidad.
La batalla de Cascina (copia de Bastiano da Sangallo) |
miércoles, 12 de agosto de 2015
Mad Park
Recien este verano arrivaron dos películas con las que muchos se dieron el gusto de bromear que habíamos regresado al pasado. Jurassic World y Mad Max: Fury Road han desencadenado opiniones diversas y las lagrimas que nos recordaron lo viejos que somos algunos.
Jurassic World; Colin Trevorrow, director; Rick Jaffa y Amanda Silver, guonistas.
Jaffa y Silver son un matrimonio que (al menos lo que muestra IMDb) trabajaron por última vez con los estudios en el guión de The relic (1997), me morí de miedo con esa película de niño, y no volvieron a poner la pluma hasta Rise of the planet of the apes (2011) y Dawn of the planet of the apes (2014), muy buenas historias, con algunos detalles a cuestiones de primatología y anatomía1 que se les perdona por no ser especialistas.
Michael Crichton es el autor de la novela original, quién en sus días alcanzó cierta popularidad antes de publicar la novela, a tal grado que los derechos para adaptar esta historia estaban vendidos antes de publicarse, el chico listo de esta subasta, por supuesto todos lo sabesmo ya muy bien, fue Spielgberg. Si les interesa saber las diferencias entre la novela y la película, por supuesto que deberían leerla, ya que si solo quieren echar un vistaso pasense a wikipedia. El autor nos ha dado otras geniales historias de la ciencia ficción como Congo (1980, adaptada en el 1995), The Sphere (1987, 1998), Timline (1999, 2003) grandiosas historias sobre investigadores de campo, si con la primera y segunda novela nos habíamos alejado mucho de sus palabras, en esta actual entrega ya no queda nada suyo.
En las anteriores entregas los dinosaurios no son un enemigo, representan una fuerza natural que el ser humano cree que puede controlar, la historia de Jurassic park nos recuerda que el control sólo es una ilusión, enfatiza la vulnerabilidad de la especie humana. El discurso no cambia, de inicio, pero al mismo tiempo el dinosaurio es realmente el villano (o sea cómo?); tal vez la respuesta a la incongruencia discursiva se encuentre en los trabajos de los guionistas con el planeta de los simios, en esas dos entregas se plantean dos ideas: a) la ilusión del control: los científicos experimentan con simios y los simios viven pacificamente lejos de los humanos, ambos creen que tienen el control hasta que descumbren en la otra especie, dotada de algo especial, irrumpen en su mundo alterando las normas sociales y la cotidianidad; b) la nueva especie busca retomar el control: los simios escapan de la ciudad para encontrar su propio hogar mientras que (en la segunda parte) los humanos tratan recuperar la valiosa electricidad para seguir validadndo su superioridad frente a la naturaleza (tanto simios como humanos). Más o menos lo mismo fue la intensión en Jurassic world, pero con dinosaurios.
Los protagonistas aterrados ante la codicia mercadotécnica de los productores |
De Trevorrow, el director, no tengo nada que comentar ya que no he visto más películas suyas. Hasta donde sé (y no soy especialista ni nada) el trabajo del director es coordinar las labores que en conjunto producen una película, para él podría decir: bonitos efectos, bonita música, bonita experiencia, la proxima vez también toma en cuenta algunas novedades de la paleontología y las leyes de la física. De hehco esquiva la cuestión de las plumas de una manera elegante: los diseñan genéticamente, es más popular la versión sin plumas para el parque y los mantienen así. Lo único que no se le perdona es que a sabiendas de los descubrimientos sencillamente los echó de lado. Neta, lo publicó en twitter.
Plus: La chica va por el tiranosaurio para conducirlo hasta... ¿Neta? ¿en tacones? ¿neta?
Fury Road; George Miller, Brendan McCarthy y Nick Lathouris, guionistas.
Los créditos de la película de Miller son algo curiosos, Brendan McCarthy reslta haber trabajado en el depeartamenteo de arte en películas que no me dejaron descontento (durante mi infancia) como Teen Mutant Ninjas Turtles (1990) (sí, la de las botargas!), Coneheads (1993), Lost in space (1998), aunque distantes en la memoria, historias que tenían una gran orquestación visual y diseños. Luego, Nick Lathouris, extra en la primera película de Mad Max y algunas otras películas que me dejan bastante claro que su fuerte es el trabajo con dobles, cosa que notoriamente tuvo mucho peso en la realización de todo salto maroma y teatro durante las persecuciones.
Finalmente George Miller me sorprende, bien sabido me tenía que era el responsable de la ya bien añejada y estimada trilogía de Mad Max (1979, 1981, 1985), pero además encuentro en su página de IMDb algunos títulos que nunca habría pensado suyos: Babe (1995) (sí, el puerquito valiente) y su secuela Babe: pig in the city (1998) así como las dos películas de Happy Feet (2006, 2011).
Antes de revisar su filmografí ya había considerado que este regreso de Mad Max traía consigo la experiencia de los años. Esta ocasión de trata de un Max sumergido en todo un sistema social post-apocalíptico, en toda una dinámica de personajes actuantes con ideologías y metas (siempre dejandonos cerca su falsablidad) que se confrontan dando lugar a los eventos que vemos en la pantalla.
Una escena que no está muy lejos de haber sido pintada por un artista renacenstita. |
Algo que no gustó a muchos de los espectadores es que parece haberse borrado al viejo Max, a nivel de interpretación y argumental, sin embargo, la tarde que fui a verla me encontré más tarde con un artículo que replantea el argumento no como un reboot, no como un regreso a las historias del Road Warrior sino como un legado. Al final del día no sólo es un desgloce de efectos especiales, actuaciones y una trama bien lograda, Mad Max: Fury Road cumple con el proposito del cine: Transportarte.
Plus: Junkie XL se encargó del soundtrack, cosa que ya había comentado hace algunos ayeres.
Las dos historias volvieron para demostrarnos que no habían terminado con nostros todavía, podrán ser del siglo pasado pero independientemente de los intereses econnomicos o narrativos, vinieron a replantearnos cuanto hemos crecido desde entonces, así mismo ellas se miden contra nosotros y nos aseguran que tabién han madurado pero, una de ellas maduró y la otra... lo pudo haber logrado.
Carita feliz para Miller, nada más.
1 El chimpacé es la especia más cercana al humano, con todo la anatomía vocalica (forma de su lengua, paladar y dientes) no les da lacapacidad de pronunciar la /i/, y en general articular una gran parte de los sonidos del lenguaje humano.
miércoles, 5 de agosto de 2015
Tu opinión vale tres hectáreas
Esta es una de las tiras que más me gustan de Jorge Pinto, porque es sincera. Aunque ya no he seguido las irreverencias de Adel Ortega y el Doctor Mono de vez en cuando me doy una vuelta y a veces, con algo de paciencia uno se encuentra con tiras como esta. Es un buen chico.
Hace no mucho me encontré una pequeña tira cómica sobre la cientificidad de Gravity (2013), me dejó reflexionando que la persona que la hizo no sabe que su crítica sería valida si hubiera algo en el espacio orbital que produjera ficción o tal vez no sería la misma si tuviera idea de cuantas veces da la vuelta la estación internacional en un día. En serio un día. Datos que cualquier visita a wikipedia remedia.
El internet se ha convertido en una plaza de algarabías irracionales continuas, algo así como el patio de una escuela primaria, excepto que no es entretenido. Es triste, porque han demostrado lo mucho que puede valer la opinión de la persona promedio. Les daré una pista, es muy poco.
Lo que trae a colación otro asunto: entonces ¿cuando se es suficientemente apto para dar una opinión? Está difícil. La habilidad de hablar no implica que tengamos algo relevante que decir (¿leíste eso Pinto? se llama lingüística). Les recomiendo ver Cosmos (2014) en cualquiera de sus emisiones, tal vez averigüen alguna posible respuesta.
lunes, 3 de agosto de 2015
Surface envy - Sleater Kinney
Andaba tranquilamente lavando trastes en casa, sin molestar a nadie, mirando a mi izquierda y a mi derecha cuando de pronto se rompieron mis audifonos al atorarse en una manija de la cocina. Probablemente también les ha sucedido una calamidad de estas. Maldigamos todos juntos.
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