lunes, 23 de junio de 2014

Asco y Antojo. Symphaty for the devil.


El 14 de febrero de 1991, el arribo de la película Silence of the lambs, trajo al público una nueva, o podríamos asegurar inusitada perspectiva sobre la figura del asesino serial, en general de toda personificación que trasgrede uno de los tabúes de la humanidad, la muerte. Antes de esta historia la figura del asesino era ejemplificada con historias como Psycho (1959) o In cold blood (1966), perfiles que ilustraban al asesino como alguien inestable y enfermo. En ellas la respuesta a los actos del asesino era se inclinaba hacia la locura, la degradación de la razón. Foucault les daría algunas bofetadas.
Desde entonces las cosas han cambiado un poco, primero el demente segador de vidas, es visto como alguien o un estado (un algo) que podríamos comprender si le encontramos su marco de referencia, es decir si podemos ponernos en su lugar, ya sea racionalmente perceptivamente, ideológicamente. Tenemos curiosidad por la lógica del mundo que el serial-killer puede ver y nosotros no.


Para mí, el gran cambio sucedió a la llegada de Silence of the lambs, aunque otras películas (como las que mencioné antes) ya habían aclimatado al público e introducido muchos rasgos del fenómeno que es el asesino serial. Las novelas de Harris1 no abrían llegado con tal notoriedad a las librerías si el público no estuviera preparado para recibirle. Patrick Süskind con Das Parfum, die Geschichte eines Mörders (1985), es la muestra de dicha situación ya que narra una perspectiva del asesino sin el tabú o el morbo e irónicamente es adaptada hasta Perfume: the story of a Murderer (2006), bastante tiempo después de que la saga fílmica de Hannibal, continuada con Hannibal (2001) y Red Dragon (2002) se realizaran y consolidaran como películas eminentes dentro del género; aun así la curiosidad por el origen del Demente (y/o Genio) invoca más tarde la adaptación del Perfume así como Hannibal Rinsing (2007) por algo así como un compromiso con el público. Similar sucedió con Manhauter (1986), la primera adaptación de Red Dragon, que no alcanzó el éxito esperado y casi evita que llegara el Silencio de los inocentes a la pantalla.
Querría el destino, o la mano colectiva e invisible de la humanidad, que bajo condiciones caso astrológicas2 logró llevarse a la pantalla, con bajo presupuesto, con un equipo que apostó a los detalles de los elementos que la conforman.
A partir de entonces el cine da un salto hacia la empatía con el asesino a través del asesinato, ya no es sólo el suspenso (muy bien trabajado por Hitchcock en sus filmes), se trata de una curiosidad muy humana de la que el público está obteniendo una respuesta sobre sí misma muy profundamente enraizada en los actos sociales.
Pero este asesino postulado desde Thomas Harris rompe con la tendencia del asesino enfermo, del loco3; el logro de Harris es que Hannibal Lecter, no es el demente ni en la novela ni de la película, si no que él es sustraído de ese lado de la dualidad para participar de la trama como el genio. Pero este plot twist resultó en algo inesperado, encontrar que el genio y el ‘demente’ son dos caras de la misma moneda.


El otro precedente que no se puede dejar de mencionar en el perfil de este tipo de historias y este tipo de personajes es la herencia de Conan Doyle4 entre 1887 y 1926 con el perfil del detective, figura que ya venía construyéndose desde Auguste Dupin de Edgar Allan Poe esta moda que desde la década pasada ha tenido un nuevo auge, formula variaciones, derivaciones, sombras que buscan emular el perfil de un hombre racionalmente superior5  el éxito de House M.D. (2004-2012), el doctor basado en el doctor en que se basó Doyle, se volvió un estandarte del perfil detectivesco6 (que por más que muchos insistan, no son similares.
La figura del Detective no queda solo en la tendencia, la heredad que formuló, sino en todas sus reencarnaciones, prácticamente innumerables, caso singular es la retro alimentación del propio canon, el Detective se reformula a través de las variaciones que él provocó; (en aras del éxito de Dr House) tenemos como resultado Sherlock Holmes (2009), SH: A Game of Shadows (2011) de Guy Ritchie y recientemente a Sherlock7 (2010-) de la BBC, perfiles que distan del canon, recordando más al médico del siglo XXI que al detective del siglo XIX, conservan la médula y tratan de reformularlo, pero crean a otro personaje. Afortunadamente los textos no han desaparecido en la historia y podemos remitirnos a ellos de primera mano (salvando a veces los precipicios de las traducciones) al perfil original.
La aspiración en el fondo de todo esto es emular al Genio, porque el ser humano siempre aspira a más en su camino a convertirse en el Superhombre, el Übermensch (sea lo que sea, ya que en algún momento existe más en la consciencia colectiva que en el referente original); lo inestable, introspectivo, incisivo, egoísta, es perdonable al encontrarse en la más allá del ser humano, que no necesariamente es bueno o malo porque es desconocido.
Sin que lo notemos el perfil del demente se empalma con el del genio, estamos compartiendo el terreno con el sociópata; esto se muestra de manera sutil no lo dicen explícitamente en principio, verbalizarlo es algo reciente; el genio rosa la cordura del demente algo que estableció Thomas Harris desde la primera novela, la genialidad desde esta perspectiva, puede tener formas escalofriantes u orígenes siniestros y esto es lo que la industria ha explotado en muchas versiones tanto del asesino serial como del genio mental.
La figura del asesino con todo lo que implica y el público han pasado por todo un coqueteo con anterioridad y ellas ha ido cediendo ante su seducción o ha encontrado en él lo que estaba buscando, ya sea porque ha descubierto la figura a la que aspira ser o porque inevitablemente el humano tiende hacia lo irracional. ¿Qué diría Foucault?



1 La trilogía. Red Dragon 1981, Sillence of the lambs 1988, Hannibal 1999.
2 Silence of the lambs se adapta bajo la productora Orion y el elenco final, una convergencia de luminarias ahora, es prácticamente accidental.
3 Una figura que ya desde Foucault sabemos que no se incluye dentro de la sociedad, es periférico y es rechazado, curiosamente no es excluido sino solo apartado porque sigue representando un foco de interés. Sería todo un tema de discusión sólo este punto.
4 El perro de los Baskerville / The Hound of the Baskervilles 1901, el mejor ejemplo del método científico y mi principal recomendación para leer al respecto.
5 Hay que considerar que durante el siglo XIX la razón seguía siendo la virtud del ser humano frente a todo el universo.
6 Se desprenden muchas emisiones: Law & Order (algunas de sus variaciones), Criminal Minds (2005-), The Mentalist (2008-), Lie to me (2009-2011), White Collar (2009-), Elementary (2012-) Davinci’s Demons (2013-); derivaciones más penosas Bones (2005-) (y su medio-hermano que murió solo) The Finder (2012-) y aún más penosas: Shark (2006-2008), Nurse Jakie (2009-), Harry’s Law (2011-).
7 Que si bien tampoco es el Sherlock de Doyle, es ampliamente recomendable por su propia originalidad, si podríamos llamarle así.

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