sábado, 27 de septiembre de 2014

a Carl Sagan


La película Contacto (1997) marcó un momento importante en mi juventud, la imagen tan verosímil de la experiencia humana frente a una raza inteligente estableciendo contacto con nuestro mundo (no sólo con nuestro planeta, sino con todo lo que implica nuestro querido guijarro en el cielo) cambió las ideas que tenía sobre nuestro lugar en el universo hasta entonces. Mi tendencia hacia la ciencia ficción ya se perfilaba y con ayuda de la  película se cimentaba fuertemente.
Más allá de las distinciones entre la novela (de 1985) y la película ya sea por las correcciones a al menos una década de nuevas certezas, Carl Sagan no fue sólo un científico inmerso en la investigación o divulgación del quehacer astronómico, sino también un entusiasta de las posibilidades del cosmos. Leí con gran entusiasmo su novela después de volver a reencontrarme con la película hace algunos años atrás, conociendo así más sobre su trabajo y logros. Sagan no fue sólo un conglomerado de información científica destinado a emplearlo en los proyectos de exploración espacial. Al igual que Asimov, estaba convencido de que fundamentar a la humanidad en el conocimiento la liberaría de las cadenas que le retienen en la tierra y el el caos, con una gran inmensidad de mundos por conocer en el horizonte cercano. Carl Sagan llego en un momento en que no estaba seguro de dedicarme a la ficción o a la ciencia, la respuesta que me mostró fue: Ambos.

Carl Sagan: el contacto con nuestro cosmos
Más tarde retomé una serie que vi en fragmentos durante mi infancia (reconocí partes una vez la vi de cabo a rabo), Cosmos de 1980, uno de sus trabajos más importantes de divulgación. Es en estos 13 capítulos en los que todo el conocimiento que en la escuela me parecía inútil (las clases de química, física, biología o geografía) tomó toda la relevancia que tiene en realidad. Tal vez si en la secundaria me hubiera interesado por una serie como ésta habría tenido mejores calificaciones (o no, el sistema de evaluación es otro gran problema por sí solo).
Algunos de sus libros aún están en mi lista de espera (El cerebro de Broca, 1979 y Los dragones del Edén, 1977), si bien, algunos conocimientos sobre el cerebro humano o física empiezan a quedar obsoletos (la ciencia se actualiza constantemente, lo crean o no), sus reflexiones humanistas sobre el pasado, el presente y el futuro, así como la forma en que esta nos incumbe siguen teniendo una gran vigencia1.
Asimov, que mantenía correspondencia con él, lo consideraba una persona sumamente inteligente (lo cual relaciono al su labor científica aplicada) y dice en sus cartas:
Acabo de terminar La conexión cósmica (un libro de Sagan) y me encantó cada palabra que leí. Usted es mi idea de un buen escritor, porque tiene un estilo natural y artificialmente desafectado, cuando leo lo que escribe, le oigo hablar.
Una cosa sobre el libro me puso nervioso. Y es que es demasiado obvio que usted es más inteligente que yo: Odio eso.
(Yours, Isaac Asimov: A lifetime of letters, 1996)

Autor del acto más romántico que jamás se habrá hecho hasta ahora: enviar el sonido del corazón de Ann Druyan palpitar en los discos de las sondas Voyager hacia la  profundidad del espacio, el cual conforma todo un saludo en la esperanza de encontrarse con alguna especia inteligente en su marcha por el universo. En 1980, cuando Sagan y Druyan se casaron, Asimov también dedicó unas palabras en sus cartas:
Tres hurras para Carl Sagan y Ann
Quienes hoy día se han convertido en marido y mujer.
Sea vuestra vida brillante como el día
Tanto como la gran Vía Láctea
Tanto como el Big Bang con el que empezó todo.
(Yours, Isaac Asimov: A lifetime of letters, 1996)

¡Encuentra el planeta tierra!
(pista: es un punto azul pálido)
La realidad es esperanzadora
Sagan es prácticamente la personificación de la esperanza, él es una visión de la realidad que no resulta preocupante, existe mucho conocimiento en sus palabras, mucha reflexión a lo que prestarle atención, mucha curiosidad y muchos senderos para que podamos recorrer. Para Sagan siempre hay posibilidades.
Un punto azul pálido (1994) es uno de sus textos más bellos que relata sus pensamientos ante una de las fotografías que envió el Voyager 1 de la tierra, a 6 mil millones de kilometros en 1990 y que de hecho pueden ver en internet de su propia voz.



También merece la pena ver una charla entre él y otros dos grandes en la materia científica. Stephen Hawking, a quien le debemos grandes chistes y la teoría sobre el Big Bang y Arthur C. Clarke quien formuló el concepto de las comunicaciones satelitales antes de que las tecnologías permitieran tal maravilla así como una larga lista de novelas de ciencia ficción de la más alta calidad.




1 Hay que mencionar que la serie Cosmos ha tenido una nueva edición en Cosmos: A Spacetime Odyssey (2014), protagonzada por Neil deGrasse Tyson y producidad por Ann Druyan y Seth MacFarlane, que ofrece una visión actualizada de los conocimientos que divulgó la primera serie. Visualmente asombrosa y una gran herencia de su antecesora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario