Incialmente sabía, porque era una certeza, que esta película estaba relacionada al fuego de mesa llamado Rock 'Em Sock 'Em Robots, probablemente por algo que había leído en internet o sencillamente por la clara impresión de ver robots en un ring. Partiendo de ese punto, al ver por primera vez esa película pensé "Así es como se toma un juego de mesa y/o juguete y se le adapta (toma nota Michael Bay, esto podría salvar tu siguiente película1)".
Steel Feelings
Este texto iba a ser publicado el año pasado (luego su publicación fue postergada por mi procastinación), pero cuando comencé a prepararlo y encontré que no está inspirado en en un juego de mesa sino en un texto de Richard Matheson, Steel, que relata lo que un promotor de robots luchadores en bancarrota y su compañero ingeniero, con un modelo viejo y prácticamente obsoleto, están dispuestos a hacer para dar una pelea y seguir en el negocio. Este relato ya fue adapatado en un episodio de la dimensión desconocida en 1963 (no lo he visto, u.u), así que ya podrán imaginar que tan escalofriante o desconcertante es la trama del relato.
Con Matheson me había encontrado ya algunas veces hace unos 5 años a.k. (antes del Kindle, ja) sabía que algunas de sus historias ya habían sido adaptadas a películas pero hasta ahora no había leído ninguna (Somewhere in time 1980, What dreams may come 1998, I am legend 2007, The box 2009), pero hasta Steel, no había tenido la inquietud de leer un texto suyo. Eso y que ahora está al alcance de una descarga.
No les quiero anticipar nada sobre el relato, el cual recomiendo ampliamente, sólo habría de mencionar que el texto me dejó reflexionando sobre lo violento y perturbador que es la violencia cuando se está ambismalmante lejos de la igualdad de posibilidades. La ciencia ficción en estas historias no confronta la ciencia, confronta la naturaleza humana contra sus propios criterios y estandares de 'normalidad'.
El segundo pero no menos importante, motivo de emoción es el asombroso diseño de los robots, de verdad me ha dejado anonadado, consultando un poco del detrás de cámaras de la película uno se entera que de hecho hicieron robots reales para muchas de las escenas (lo cual explica que entre la trama y la emoción apenas notes cuando ya estás viendo las animaciones.
El director Shawn Levy ya ha trabajado en muchas películas conocidas, uno de los que me parecería importante mencinar es la trilogía d ela noche en el museo, por sus efectos especiales y quiero decir, desde el maquillaje, las escenografías y los efectos digitales. Es un trabajo cinematográfico que no puede, ni quedará en el olvido. Shawn Levy, lo hiciste otra vez (aquella vez).
(click en la imagenes para ampliarlas)
Real Steel (2011)
Estaba una vez más en una cita la primera vez que la vi. Tal vez fuera ese primer referene el que me llevara a concluir que la historia nos recuerda que 'todos queremos que alguien luche por nosotros', en aquellos días tenía todo el sentido. La historia sobre un bribón promotor de robots luchadores llamado Charlie, y su hijo Max que pasa de no tener ningún interés por su hijo a encontrar el valor de su relación filial, aunque podría recordarnos otras películas basadas en historias de Richard Matheson, resulta tener muy poco que ver con el relato original, lo que me puso a reflexionar si no debería leerme los textos de Matheson para verificar cuan cursis son sus historias en realidad.
En Real Steel conocemos a Charlie, quien no solo tiene una relación complicada con su hijo (y al parecer con la madre de su hijo), con su novia y con otros promotores, sino que tiene una complicada relación consigo mismo. Charlie vive al día manteniendo sus espectativas muy por encima de las realidades y, como le demuestra su hijo, aprovehando sus oportunidades de manera irresponsable.
Cuando por diversos azares Charlie tiene que pasar el verano junto con su hijo, decide que no será problema para seguir participando de las luchas de robots, de esta manera se encontrarán con Atom, un robot de entrenamiento que parece funcionar bastante bien. Max decide llevarse el robot a casa para darle una desempolvada y meterlo al ring con el respaldo de su buen criterio. En el transcurso le muestra a su padre que no es sólo un niño precindible sino que vale.
Atom, de la misma forma es un robot que parecía ya no valer nada pero que en las manos apropiadas comienza una carrera como luchador, demostrando lo que un robot de entrenamiento puede hacer; podría pensar que Charlie al mismo tiempo descubre el valor de los demás y de sí mismo. Tal vez no fue la sugestión de la cita en la que la vi, esta película parece hablar sobre lo valioso que son las personas. Algo que me encanta de la película es que luce su trama dejandonos con la duda sobre si Atom es más que un robot, en la escena donde corre detrás de Max y le dice que guardaará su secreto como cuando se mira a sí mismo en el espejo (un gesto de propioscepción2) cuando lo dejan solo.
Yep, una película sobre boxeo, maquinas cromadas bien pulidas y tecnologías de inteligencia artificial (el paquete masculino por excelencia) es en el fondo una historia sobre la valoración de los individuos y las emociones de las personas en diversas relaciones. Sigo pensando que es una película asombrosa. Finalmente sentirnos valiosos, significativos en los distintos roles y vínculos que formamos es un estupendo tópico sobre el cual reflexionar, ¿que mejor manera que hacerlo a través de robots que se golpean unos a otros para nuestro entretenimiento?
1 El pensamiento de la probable respuesta de Michael Bay a esta sugerencia me trajo a la memoria un video de rap épico que recientemente me encontré.
2 En estudios de antropología e investigaciones con animales esto es: que pueden distinguir entre el reflejo de si mismos y la presencia de otro especimen, e implica que son concientes de sí mismos y del límite entre su existencia y la de las demás cosas. Esta habilidad se ha encontrado en muchos de los grandes homínidos y en delfines, por mencionar los que me he enterado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario