viernes, 23 de mayo de 2014

El hombre de acero


Cuando era pequeño veía las películas de Superman con considerable entusiasmo, la historia de Kal-El es sencillamente mágica y épica. Cuando supe que reiniciarían la franquicia con Nolan y Snyder el niño que llevo dentro reventó de emoción.

El Reeve antinuclear así como el curioso sentido del humor de Richard Donner (nunca olvidaré al tipo en patines cuando superman sopla fuertemente en las calles de metropolis) quedó ya muy atrás, él y el paternal superman deprimido que se pasea pacíficamente por todo el mundo pueden quedarse en el pabellón de quemados de las películas de las que esperábamos más.
Aún tenía el sabor que había quedado en mí, tras la gran trilogía de The Dark Knight. Una historia épica completa, redonda, una propuesta argumental, ideológica, dramática (sin olvidar la acción, la intencionalidad, la coherencia, etc) plenamente autoconclusiva. Me refiero a que no se le puede apelar faltas o sobras, a cada una de ellas ni como serie.
Esto sólo podía tener dos finales: un rotundo fracaso o un rotundo éxito.


Christopher Nolan como productor, podría enlistar varias de sus películas y describir la maestría de sus tramas, de sus formatos, o de su originalidad, pero bastará con mencionar dos títulos (recientes y seguramente conocidos por todos) The prestige (2006) e Inception (2010) (películas intermedias a la trilogía) que dejan muy en claro la simplicidad con que el británico puede mostrar una historia psicológicamente profunda y compleja, yendo más allá de la polaridad entre el bien y el mal, más allá de los dilemas morales que se aprenden en el jardín de niños. Se trata del individuo en situación, en situaciones confusas que pondrán en duda todo lo que deberíamos tener claro.

David S. Goyer ha acompañado en los guiones a Jonathan Nolan (hermano de Chris), en esta ocasión se la echa solo, él también tiene varios títulos que reconocerle, aunque no te sea tan sonado su nombre, la pluma detrás de la filmación de películas Blade (1998, 2002, 2004 –esperen, la última fue un asco), Dark City (1998 -chingona), Jumper (2008 –pésimos actores junto a grandes actores)1 y recientemente Da Vinci’s Demons (2013-), historias que me llenan de entusiasmo.

Zack Snyder, director. Cuyo trabajo ha tenido detractores y partidarios, en mi opinión, cada película que filma la hace con un grado de conciencia y lealtad al argumento con el que trabaja, 300 (2006), Watchmen (2009), Legend of the Guardians: The Owls of Ga'Hoole (2010), son buenos ejemplos, Sucker Punch (2011) su historia original, no tuvo muchos aplausos ni críticas favorables, sin embargo considero la considero justo la película que tenía que ser, debido al concepto y la propuesta que representa, que no encontró el público apropiado tal vez. Probablemente una breve carrera, pero sustancial.

Y aún hay más. En un principio negó estar vinculado al proyecto, después él mismo se retractó de dichas palabras, estaba dentro. Hans Zimmer y su casi omnipresente facultad para erizarnos cada vello del cuerpo, o serenarlo, o intrigarlo, seguramente podría controlar nuestras mentes con su música si se lo propusiera. Enumerar sus trabajos, sólo de la última década resultaría interminable2, un compositor adaptable, que en la trilogía del murciélago participó junto con otro grande James Newton Howard –también con otra gran lista- que no le debe nada a ningún precedente. Zimmer sencillamente encontró la forma de hacernos volar, no sólo por el cielo sino por todo el cosmos.
Su logro no es sólo música, es una orquestación total, audiovisual-argumentativa que guía al oído y al tacto para contactar con las emociones y el ritmo que estamos viendo.

Nolan tiene una gran habilidad para entusiasmar hasta el más duro. Nos lanza un teaser un año antes, mostrando poco, arroja migajas para que empecemos a salir y el día de la función nos hace de todo. Al final uno solo dice sí, porque en el fondo somos unos fáciles y sabemos que nos gusta lo que hace. ¿o que no?


Una nueva complicidad
Lo primero que me gana una vez terminada la función, es Lois Lane, ya no una ilusa reportera con evidentes signos de Alzheimer incapaz de reconocer un rostro con gafas y sin ellas. La relación que Kal establece con ella es notablemente más inteligente y mucho más creíble que la que habíamos visto hasta ahora (¿Una Lois que no sabía que tenía un hijo de superman?)
Pero también las máscaras del héroe3, las facetas de una persona que por su misma naturaleza no ha tenido la oportunidad de encajar como el resto de la gente, con todas las dudas y cuestionamientos que implica. Y en el momento de las respuestas, no vemos un montón de humanoides superdesarrollados que demuestran cuan desarrollada es su especie destruyendo todo a su paso a puño limpio. Hay un enfrentamiento ideológico, hay una batalla discursiva y una confrontación de estrategias, este es sin duda un superman inteligente y superdesarrollado.

La película nos guarda un lado sensible de relaciones humanas/kriptonianas de vínculos familiares, sociales, profesionales, rosando casi lo político junto a la acción y la estética, todos los diseños del mundo kriptoniano evocan en poca o gran medida mundos retratados por Frank Herbert o Ridley Scott, que como estarán ya suponiendo nos acerca más a una obra de ciencia ficción sin perder el halo épico del super.
Aunque algunos detalles como los sarcófagos de los rebeldes y el tamaño de la zona fantasma son poco prácticos para resultar creíbles (a menos que guarden alguna explicación en el futuro).
Esta nueva historia me recuerda incluso a la premisa del Forastero en tierra extraña (Robert A. Heinlein, 1961), un protagonista que no se identifica como alien y tampoco terrestre, que tiene que construir su propia respuesta, que tiene que sacrificar de sí mismo, en este caso defender una justicia implica negar su propia naturaleza. Tal vez la cinta no se da el tiempo para mostrarnos las reflexiones por las que Kal tiene que pasar para decidir que los Kriptonianos ya tuvieron una oportunidad, pero tampoco es espontaneo, el personaje ya es una persona llena de reflexiones y meditaciones cuando la historia ha empezado por lo que su desarrollo como héroe de capa y mallas, es simplemente inevitable.


Lo único que me inquieta, y que no sé si es emoción o picazón es ese halo religioso que toma parte de la historia, incluso la que se sumerge en algo que es más bien ciencia ficción, la nave oculta bajo hielo de 20 mil años, ese mundo kriptoniano casi fascista que nos recuerda Un mundo feliz, de pronto todo empieza a parecer los hijos de Elohim de Alienígenas ancestrales. ¿Qué me dicen de su edad? 33 años. La escena en que va a la capilla para consulta con el sacerdote, digo no es un secreto los paralelismos cristianos que subyacen al personaje. No hace falta hacerlo épico en tal sentido.

Kal-El, xenocida4
Probablemente habrán notado que Kal-El elige salvar a la raza humana por encima de la última oportunidad para refundar la raza kriptoniana, es otra de las partes que sencillamente me encantó, porque es negar la propia naturaleza en su máxima expresión.
La odisea de este Kal-El no está en sus poderes, habilidades u oportunidades para ser el héroe, sino que va sobre las decisiones que toma, en lo que estas lo convertirán y las consecuencias que se desencadenen de estos hechos. El héroe se enfrenta a un enemigo cuyo poder estaba a su nivel y no simplemente una aparente amenaza, la manera en que lo combate y vence lo deja cerca de un atormentador lado.
Seguramente, tras esto habrá un Kal-El que tendrá serias dudas para confrontar a su siguiente enemigo hasta las últimas consecuencias.

Con una historia como esta, nadie necesita una liga de la justicia. A nadie le interesan los logros de Marvel, son dos universos distintos. Esto tendría que ser obvio, después de todo, los héroes en Marvel son fundamentalmente humanos que se encontraron un don, en DC hablamos de seres que recibieron un deber. Supongo que DC tiene más de Nietzche en sus historias.
Nadie necesita apresurar la épica de los dioses, la épica llegará por sí misma y se consolidará como un clásico eclipsando todo el género, pero vendrá a su debido momento. Hay que tener paciencia.

Pinche Nolan, no te costé nadita.



1 Adaptación de una novela (Steven Gould 1992) que evidentemente pretendía una secuela, tengo la esperanza llegue un día, sin Chistersen espero.
2 Pueden googlear su nombre, consultarlo en IMDb o consultar su página de torrents favorita.
3 Sí, esto es un guiño a Joseph Campbell.
4 Opsi, ¿spoiler?

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