Mientras Dexter estuvo en emisión sentí alguna curiosidad por verlo pero nunca me lo tomé en serio porque tampoco me parecía tan interesante. Fue recientemente, tras leerme la trilogía de Hannibal y su precuela, luego de algunas cavilaciones sobre el ícono del asesino serial en la actualidad, cuando me di el espacio semanal para ver los episodios.
Dexter (2006-2013)
Por si acaso no tienes idea de qué trata esta serie: es la historia de un criminólogo de Miami, un especialista en la dinámica de la sangre en escenas de crimen para deducir los hechos, su oscuro secreto, su oscuro pasajero, es su patológica necesidad de asesinar, la cual satisface partiendo de un código que su padre adoptivo le dejó, por lo que sólo asesina... a otros asesinos, al menos los que escapan a las garras de la ley o a los que por asares de las tramas se echa encima.
La serie resulta agradable y divertida, conforme avanzan los episodios la intriga en torno a su pasatiempo con otros asesinos es no sólo interesante sino divertida, todo es muy colorido y sensual en Miami (algo que venía sospechando desde Scareface (1983)) por lo que resulta una serie muy entretenida. Dexter procura llevar una vida aparente normal para disimular su oscuro pasajero, por lo que tiene un noviazgo con una madre soltera, Rita, trabaja en el departamento de policía junto a su hermana, quien suele ser más metiche e impulsiva que un personaje de Friends, comparte con sus compañeros de trabajo algunas cosas, el jefe de aires paternales, el pervertido de la oficina (japonés), la jefa ruda, es decir un montón de estereotipos. Todo esto se combina con su constante discurso interno sobre su trabajo, las personas, sobre la vida y sobre sus impulsos, resulta verdaderamente una gran historia, hasta la cuarta temporada. Pero ya llegaré a ese punto.
La primera temporada está inspirada en la novela de Jeff Lindsay, dramaturgo y novelista, de 2004 Dexter: el oscuro pasajero, ha escrito hasta el final de la serie, en la octava temporada, había escrito siete libros y este año volverá a publicar una historia sobre Dexter... y esto es así porque la correspondencia entre las novelas y la serie se limita al primer volumen, tanto la saga literaria como los episodios siguen continuidades diferentes, por lo tanto podemos referirnos a la serie independientemente del autor, a quien aún no estoy seguro de leer.
La historia, que duró ocho temporadas, de hecho tiene una evidente (des)variación, hasta la cuarta temporada los personajes son constantes, sus identidades no cambian, solo cambia la trama que los envuelve, los casos, los antagonistas y los nudos, la historia se mantiene y todos los espectadores podemos ser felices. Durante cuatro temporadas, Dexter se enfrenta a su pasado familiar, es casi el lugar donde se deshacía de los cuerpos es descubierto, se hace de un amigo influyente y reconoce en uno de sus objetivos un ejemplo a seguir en su vida, pero todos estos interesantes giros y novedades siempre son ilusorios y al final del día la vida de Dexter vuelve a su lugar con ligeras diferencias.
Entonces llega la quinta temporada, a partir de la cual se nota un rumbo muy distinto en la producción, los personajes comienzan a enfrentar eventos que de los que ya no pueden salir indemnes, necesariamente tienen que cambiar, la esencia de sus personalidades se ve alterada, los nuevos antagonistas ante los que se encuentra Dexter son distintos, son más complejos, los personajes secundarios también comienzan a verse alterados gradualmente. Esta segunda parte de la serie me encanta porque los personajes crecen, progresan y maduran, pero está dejando de ser el Dexter que durante tantas temporadas nos prometieron. De hecho las partes más memorables de la serie están en esta segunda parte, sus antagonistas, sus errores, los crímenes a los que se enfrenta; con todo y estas grandezas, la octava temporada es básicamente vómito. Vómito en la cara.
No dejo de pensar que los guionistas terminaron odiando a Dexter, al personaje y su historia. En la octava temporada, cuando todo en la historia te da esperanzas sobre la posteridad de la vida del asesino serial, no una, sino varias veces, cortan de tajo (en algunas ocasiones de forma literal) las esperanzas. Lo que me convence aún más de esto último, es que la ultima media hora de la serie está hecha para destruir a Dexter sin más.
Cena familiar: la terapeuta, la maquiavélica, el asesino y el aprendiz. |
La serie debió terminar al final de la cuarta temporada, cuando Dexter encuentra a su hijo en un charco de sangre, era un final épico, cíclico, conclusivo. Pero no se puede todo en la vida. Para los que hemos visto parte de Six feet under (2001-2005), tal vez sea extraño ver a Michael C. Hall en un papel heterosexual, de hecho me costó bastante convencerme de ello.
Galardones con spoilers:
El mejor sexo de la serie: Hannah, a quien asesinaría. Pero ya que estaba desnuda sobre su mesa, ¿qué más da?
El mejor villano: Isaak Sirko, un líder mafioso ucraniano entregado a la venganza por el asesinato de su amante.
El mejor caso: los secuetradores de Lumen, los asesinos en grupo que básicamente industrializaron su crimen.
Escena favorita: La cena familiar en casa de la Dra Vogel.
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